#6 Hace cuarenta años. (Biblioteca de cámara)


Este libro me ha encontrado a mí más que yo a él, aunque debería existir un mapa del tesoro que marcara con una cruz el punto de la costa del Mar del Norte donde se forjó esta historia, para ir a buscarlo. Es un libro joya, pequeño pero tan intenso como las olas frías de la ciudad belga de Knokke. Repito que este libro me ha encontrado a mí, las casualidades belgas me persiguen. Pero vayamos al libro: reitero, es una joya, un tesoro en sí mismo.


Es de esos secretos tan bonitos que hasta he dudado en publicarlo, porque es tan íntimo, tan personal; me imagino a la autora compartiendo esto, abriendo el corazón de una manera tal como no había visto en tiempo, y no puedo más que estremecerme. Es un detalle hermoso que se te clavará dentro y que no podrás dejar ir, se hará un hueco predilecto en tu escondite de historias de amor; porque sí, esta es una historia de amor, de Amor con mayúsculas, un sueño real y breve, como algunos consideran que han de ser las cosas buenas. "Hay que pensar lo que uno ama".


No quiero añadir mucho más, porque el librito es como digo corto y se lee de un tirón; corrijo, no se lee, como se dice en el epílogo, "se aspira, se respira, la narración se sucede como un vals lento". Ojalá no acabara ese vals. Yo ahora, tras releerlo inevitablemente una segunda vez más lenta y degustándolo, me siento hasta confusa, parece que los sentimientos que se mecen en sus páginas se han hecho míos,comparto las emociones y se han almacenado en mí como un recuerdo. Necesitaba leer esto, necesitaba encontrar una demostración innegable de que hay sentimientos que son más fuertes y más importantes incluso cuando son invisibles, casi literarios. Es una delicia de lectura, un libro que estoy poniendo por las nubes porque a mí me ha dejado entre ellas.

Señoras y señores, LÉANLO, por favor.
Y "tratemos de tener la libertad de aquellos cuya suerte está echada."
Nosotros sólo tenemos el presente.

Comentarios