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Mostrando entradas de junio, 2012

La vereda

Le tiemblan las entrañas y la voz, tiene la frente caliente y su paso es cansado. Se le ha acabado el tiempo. Te pedí que le dijeras que era el momento, que cuidaras de que no se hiciera demasiado tarde, pero no me escuchaste. Nunca fuiste precavido, eres desconsiderado y desordenado hasta la médula. Eres un jodido desastre y ahora se ha estropeado todo. Mírala. Mira como camina por la vereda, a tientas, arañándose con los rosales, aspirando flores muertas. La corona de su cabeza es de espinas, y los cardos le han herido los tobillos, sus sandalias son de sangre.  Mírala, el icono de la muerte, la serpiente exhausta del paraíso, el pecado del olvido que ya no tiene a quien tentar. Mira lo que has conseguido, si tan sólo me hubieras escuchado... Le tiemblan las rodillas y su piel ahora es de alambre; la vereda es aún más gris. Se alarga hasta el ocaso de los días sin fin. Mira su legado, su sombra negra y desenfocada, mira el rastro que ha dejado tras de sí. Sólo tení

Deeping

Alcanzando el fondo del propio fondo.

El trabajo más difícil es el más gratificante

Personal, íntimo, mío, dos puntos y a parte. Elegí estudiar Matemáticas por varias razones, pero la mayoría de ellas las he descubierto con el tiempo.  Fue difícil condicionar de esa forma mi futuro. Sé que todo el mundo ha reflexionado ya muchas veces sobre ello, pero sólo cada cual puede darle la profundidad que tiene para él esa decisión. Yo me planté con 17 años y escribí Matemáticas en mi matrícula, mientras por dentro le lloraba a las Letras y a la Historia que dejaba de lado. He intentado que no se olviden de mí, sin embargo. Yo nunca me olvidaré de ellas, porque son más de la otra mitad de mí. Las Matemáticas son algo que no tiene definición, a mi entender, porque ellas mismas lo son todo, son la propia definición. Su origen griego me da la razón: mathematiké , lo que se aprende. Conocimiento. ¿Cómo querer conocer otra cosa, si las Matemáticas implican aprenderlo todo?  Sin embargo, quizá porque yo no soy una alumna ejemplar ni tampoco mis profesores (no todos) l

Socorro pido

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Si nos hundimos antes de nadar no soñarán los peces con anzuelos, si nos rendimos para más llorar declarará el amor huelga de celos. La primavera miente y el verano cruza como un tachón por los cuadernos; la noche se hará tarde, tan temprano, que enfermarán de otoño los inviernos. Cuando se desprometen las promesas, la infame soledad es un partido, mejor que la peor de las sorpresas. Si me pides perdón, socorro pido. Si te sobra un minuto, me lo ingresas en el banco de horas del olvido. Joaquín Sabina (Adaptación de uno de mis sonetos favoritos). La persistencia de la memoria, Salvador Dalí.

Insomnio

Los gallos empezaron a cantar bien entrada la noche, a las cuatro menos diez de la madrugada. Las pausas eran constantes, acompasadas por los latidos de mi reloj. Éste enumeraba ovejas que a su vez balaban suspiros de Luna, esquivando tapias y casquetes de bala. Los insomnes a veces matamos corderos, y no necesitamos ningún disfraz de lobo. Los gallos se empeñaban en gritarles irritantes a las estrellas, entes de perspectiva temporal infinitamente distinta. Envidio su edad eterna a los ojos humanos, envidio la carrera celestial de la que hacen gala, sus etapas estelares, su inmensidad ígnea. Pero no envidio los agujeros negros, ellos también me cantan acuciantes en la noche. Los gallos se respondían unos a otros en medio del silencio glacial del resto del lugar; a otro tiempo musical, mi respiración, mi impaciencia onírica. Parecían lobos aullando, lobos hambrientos de ovejas. Pero eran gallos, y querían adelantar el amanecer. Y yo aún seguía despierta.